Normopeso: ¿Qué es y por qué es importante para tu salud?

Normopeso: ¿Qué es y por qué es importante para tu salud?

El normopeso es el estado en el que el peso corporal de una persona se encuentra dentro de los rangos considerados saludables según su estatura e índice de masa corporal (IMC). Mantener un normopeso es clave para la prevención de diversas enfermedades metabólicas, cardiovasculares y musculoesqueléticas. 

Sin embargo, cuando se trata de enfermedades como el lipedema, el normopeso no siempre es un indicador de menor impacto en la calidad de vida. Te lo contamos todo en Clínica Simarro.

Normopeso y lipedema: una relación compleja

El normopeso se define según unas reglas que están dejando de ser válidas. Tradicionalmente, se basa en el índice de masa corporal (IMC), que solo tiene en cuenta la relación entre el peso y la altura, sin diferenciar entre masa muscular y grasa corporal. 

Esto significa que una persona puede estar dentro del rango de normopeso según el IMC, pero presentar un exceso de grasa y un déficit de masa muscular. Esta situación es frecuente en el lipedema y puede influir en la progresión de la enfermedad.

Para evaluar correctamente la composición corporal y diferenciar entre normopeso saludable y normopeso con exceso de grasa, se pueden utilizar métodos avanzados como:

  • Bioimpedanciometría segmental multifrecuencia, que permite analizar la distribución de la grasa y el músculo.
  • Ecografía del tejido graso, que identifica acumulaciones de grasa patológica.
  • Índice talla-cintura, que proporciona información sobre la distribución del tejido adiposo.

Estas pruebas son clave para un diagnóstico preciso, especialmente en pacientes con lipedema, ya que ayudan a detectar si la grasa patológica está presente aun cuando el IMC se encuentre dentro de los valores normales.

Aproximadamente el 50% de las mujeres con lipedema presentan normopeso, lo que demuestra que esta condición no está ligada exclusivamente al sobrepeso u obesidad. A pesar de estar en un rango de peso saludable, muchas pacientes con lipedema experimentan:

  • Dolor intenso y sensibilidad al tacto.
  • Hinchazón en piernas debido a la acumulación de tejido adiposo desproporcionado.
  • Dificultad para la movilidad, incluso en ausencia de obesidad.
  • Progresión de la enfermedad con el paso del tiempo.
  • Tendencia a hematomas espontáneos, lo que aumenta el malestar en las pacientes.
  • Alteración en la estructura de la piel, que puede volverse más frágil con los años.

El normopeso no protege del dolor en el lipedema

Existe la creencia errónea de que las personas con normopeso y lipedema experimentan menos dolor que aquellas con sobrepeso u obesidad. Sin embargo, diversos estudios y testimonios de pacientes indican que la presencia de grasa patológica en el lipedema provoca inflamación y dolor independientemente del peso corporal. No obstante, el dolor no tiene que ser algo que este siempre presente en las mujeres que padecen lipedema.

La acumulación de grasa en las extremidades inferiores y la disfunción linfática pueden generar molestias crónicas, afectando la calidad de vida. Además, algunas pacientes con normopeso pueden desarrollar limitaciones funcionales debido a la acumulación de grasa localizada y la inflamación persistente.

De normopeso a sobrepeso u obesidad

El lipedema puede ser en ocasiones una enfermedad progresiva. Aunque una persona pueda iniciar con normopeso, el transcurso de los años y la falta de tratamiento adecuado pueden favorecer la acumulación de grasa patológica y contribuir al desarrollo de sobrepeso u obesidad. Factores como:

  • Cambios hormonales (pubertad, embarazo, menopausia).
  • Inflamación crónica de bajo grado.
  • Sedentarismo y dificultades en la movilidad.
  • Disfunción linfática que empeora la retención de líquidos.
  • Resistencia a la insulina, que puede agravar la acumulación de grasa patológica.
  • Estrés oxidativo, que acelera el daño celular y la inflamación.

Estos elementos pueden hacer que, con el tiempo, la paciente pase de un estado de normopeso a sobrepeso, lo que a su vez complica aún más la sintomatología del lipedema. A pesar de la progresión, el abordaje temprano puede ayudar a reducir el impacto de estos factores y mejorar la calidad de vida de las pacientes.

Importancia de un abordaje integral

Mantenerse en normopeso puede ser beneficioso para evitar la progresión acelerada del lipedema, pero el tratamiento no debe enfocarse solo en el peso. Las estrategias de manejo deben incluir:

  • Planes de nutrición antiinflamatorios y planes de nutrición cetogénicos, que ayuden a reducir la inflamación. En el caso de los planes de nutrición antiinflamatorios, sería más conveniente hablar de estilos de alimentación no inflamatorios, siempre en el contexto individualizado de cada paciente. En el caso de planes nutricionales por medio de dietas cetogénicas, cabe señalar, que de emplearlas, ha de ser temporal, con un fín médico y siempre supervisadas por un profesional con conocimiento. Una dieta cetogénica nunca podrá entenderse como un estilo de alimentación a largo plazo, debido a la gran cantidad de restricciones y carencias. No obstante, los beneficios en cuanto a la antiinflamación, que de ella se derivan, pueden contribuir de manera muy positiva, en el marco de un tratamiento médico.
  • Drenaje linfático manual, para mejorar la circulación y reducir la hinchazón.
  • Ejercicio de bajo impacto, como natación o pilates, para fortalecer los músculos sin afectar las articulaciones.
  • Uso de prendas de compresión, para mejorar la circulación linfática y evitar la progresión de la enfermedad.
  • Tratamientos médicos como la lipomesoplastia y la lipoxiterapia, un procedimiento no quirúrgico que ayuda a eliminar la grasa patológica, mejorar el sistema linfático y venoso y contribuir a la reducción del dolor.
  • Acompañamiento psicológico, ya que el impacto emocional del lipedema puede afectar la autoestima y la calidad de vida de las pacientes. El acompañamiento emocional, es clave en cualquier tratamiento para el lipedema.
  • Evaluación endocrina, para descartar trastornos hormonales que puedan agravar la sintomatología.

El normopeso es un factor de referencia en la salud general, pero en el caso del lipedema, no siempre implica una mejor condición física o menor sintomatología. Muchas mujeres con lipedema y normopeso experimentan dolor y progresión de la enfermedad, lo que subraya la necesidad de un enfoque integral en el tratamiento. Es fundamental entender que el peso no es el único factor determinante en la evolución del lipedema y que el control adecuado del lipedema, requiere un abordaje multidisciplinario.

En Clínica Simarro, somos expertos en el diagnóstico y tratamiento del lipedema y de la obesidad. Si presentas síntomas de lipedema y deseas un abordaje personalizado, no dudes en contactarnos para una evaluación profesional.



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