A fecha actual, se suele pensar que el lipedema se inicia en la pubertad. Sin embargo, en nuestra experiencia clínica hemos observado que el lipedema puede empezar antes de la pubertad.

Un estudio publicado en 2011 consistió en la revisión de un diagnóstico inicial de linfedema en 170 niños. En dicho estudio, se analizaron todos los registros para determinar la causa correcta del aumento del volumen en las extremidades inferiores, valorando otros parámetros con considerados anteriormente y estableciendo diagnósticos alternativos.

La conclusión del estudio confirmó la afección de linfedema en el 72,9% de los casos. En el resto de casos, se diagnosticaron otras patologías, entre las que figuraban diversas malformaciones linfáticas, malformaciones venosas y lipedema (6,5%), entre otras.

El lipedema, que aparece en la infancia, suele ser muy doloroso una vez alcanzada la edad adulta, debido a la gran afectación del compartimento safeno mayor y menor, existiendo más exudado linfático y fibrosis.

Es común observar, a estas edades, diversos factores que puedan implicar el desarrollo de lipedema, tales como presentar cierto dolor al ponerse unos calcetines o un calzado apretado.

En nuestra experiencia clínica, denominamos lipedema tipo B a aquel que se inicia antes de la pubertad y que suele afectar principalmente a la mitad inferior de los miembros superiores.

En contraposición, denominamos al lipedema que empieza en los muslos y durante la pubertad, lipedema tipo A. Los pacientes del estudio indicado anteriormente demuestran claramente que el lipedema puede empezar en la infancia.