La inflamación de las articulaciones es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. Suele estar relacionada con enfermedades autoinmunes, trastornos metabólicos o incluso factores mecánicos. Sin embargo, una posible conexión que está cobrando atención es la relación entre el lipedema, la hiperlaxitud ligamentosa y la inflamación articular.
En Clínica Simarro analizaremos cómo estos tres factores pueden estar vinculados y cómo abordar el dolor y la inflamación para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué es la inflamación de las articulaciones?
La inflamación articular, también conocida como artritis, es una condición caracterizada por dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de movilidad. Existen diversas causas, entre ellas:
- Enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide.
- Depósitos de cristales, como en la gota.
- Lesiones o sobrecarga mecánica.
- Factores metabólicos e inflamatorios crónicos.
Si bien el lipedema y la hiperlaxitud ligamentosa no son causas directas de artritis, su impacto en el sistema musculoesquelético puede agravar el dolor e inflamación articular.
Lipedema, hiperpermeabilidad intestinal e inflamación de articulaciones
El lipedema es una enfermedad crónica que afecta al tejido graso subcutáneo, provocando una acumulación anormal de grasa, sensibilidad y tendencia a la inflamación. Una de sus principales causas inflamatorias es la hiperpermeabilidad intestinal, una condición en la que la barrera intestinal pierde su función protectora, permitiendo el paso de toxinas y patógenos al torrente sanguíneo.
La hiperpermeabilidad intestinal no solo agrava la subinflamación crónica, sino que es su causa principal, ya que genera una respuesta inflamatoria sistémica persistente que puede favorecer el desarrollo de enfermedades autoinmunes, como:
- Tiroiditis autoinmune
- Artritis reumatoide
Además, la hiperpermeabilidad intestinal es el origen de la inflamación crónica de bajo grado presente en el lipedema, lo que contribuye al dolor articular y la disfunción linfática. En el lipedema, los dolores articulares de la artritis y los dolores propios del lipedema se suman, aumentando la sintomatología dolorosa y reduciendo la calidad de vida de los pacientes.
Factores que contribuyen a la inflamación de las articulaciones en el lipedema
Varios factores pueden exacerbar la inflamación crónica en el lipedema, incluyendo:
- Mala circulación linfática, que impide la correcta eliminación de toxinas y líquidos.
- Estrés oxidativo, que provoca daño celular y aumenta la inflamación sistémica.
- Desequilibrios hormonales, que pueden agravar la acumulación de tejido adiposo y la inflamación.
- Deficiencias nutricionales, como la falta de ácidos grasos esenciales y antioxidantes, que dificultan la reducción de la inflamación.
Manejo del dolor y la inflamación en el lipedema
Para reducir la inflamación y mejorar la sintomatología del lipedema y sus enfermedades asociadas, es fundamental abordar la raíz del problema con estrategias adecuadas. Entre los tratamientos más eficaces destacan:
Bajada de peso mediante lipomesoplastia y dieta cetogénica antiinflamatoria
- La lipomesoplastia y la lipoxiterapia, son procedimientos avanzados que ayudan a reducir el exceso de tejido adiposo, especialmente en la zona donde se aplica, es decir, los miembros inferiores, disminuyendo la presión sobre las articulaciones y aliviando el dolor.
- La dieta cetogénica antiinflamatoria contribuye a disminuir la inflamación crónica de bajo grado y a mejorar la función metabólica, reduciendo los síntomas del lipedema y de la artritis. Cabe señalar, que el uso de planes nutricionales restrictivos y carenciales como es, la dieta cetogénica, han de realizarse en el contexto de un tratamiento médico orientado a un objetivo específico, y guiados por un profesional que monitorice todo el proceso. Nunca podremos entender una dieta cetogénica, como un estilo de alimentación a largo plazo.
Tratamientos complementarios
Fisioterapia y ejercicio terapéutico: Ejercicios de bajo impacto como natación, yoga o pilates para mejorar la estabilidad y fortalecer la musculatura de soporte.
Reeducación postural para mejorar la biomecánica y reducir la sobrecarga articular. Entrenamiento de fuerza controlado, que ayuda a fortalecer las articulaciones sin generar un impacto negativo.
Drenaje linfático manual para mejorar la circulación y reducir la inflamación en pacientes con lipedema. Uso de prendas de compresión para estabilizar las articulaciones y disminuir la retención de líquidos.
Omega-3 y cúrcuma, con potentes efectos antiinflamatorios. Probióticos y prebióticos, que fortalecen la barrera intestinal y ayudan a reducir la hiperpermeabilidad intestinal. Evitar el consumo de azúcares refinados y ultraprocesados, que agravan la inflamación crónica.
En Clínica Simarro, somos expertos en el tratamiento del lipedema y de sus enfermedades asociadas. Nuestros tratamientos personalizados, que incluyen lipomesoplastia, dieta cetogénica antiinflamatoria y terapias complementarias, ayudan a reducir la inflamación y aliviar el dolor en las articulaciones. Además, abordamos la inflamación crónica desde su origen, incluyendo el tratamiento de la hiperpermeabilidad intestinal.
Si experimentas síntomas persistentes, te invitamos a consultarnos para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades. La combinación de tratamientos médicos avanzados, cambios en la alimentación y terapias complementarias puede marcar la diferencia en la mejora de tu calidad de vida.