¿Por qué me duelen los huesos y me siento cansado? Causas médicas más comunes

dolor de huesos y cansancio a que se debe

Sentir dolor en los huesos y cansancio constante puede afectar significativamente la calidad de vida. Si estos síntomas persisten, es natural preguntarse: ¿a qué se debe? Las causas pueden ser diversas, desde trastornos autoinmunitarios hasta deficiencias nutricionales o enfermedades crónicas.

En Clínica Simarro exploraremos las principales razones médicas que pueden estar detrás de estos síntomas y qué soluciones pueden ayudarte a recuperar tu bienestar.

Dolor de huesos y cansancio: ¿Es normal o una señal de alerta?

Experimentar cansancio ocasional o molestias en los huesos después de un esfuerzo físico intenso es habitual. Sin embargo, cuando el dolor articular y el agotamiento se vuelven constantes, pueden ser indicativos de una enfermedad sistémica o una condición de salud que requiere atención médica. Entre las patologías más comunes asociadas a estos síntomas incluyen:

Artritis reumatoide: inflamación y dolor articular

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca las articulaciones, causando inflamación, rigidez y dolor. Las personas con esta condición pueden experimentar también fatiga extrema, fiebre y pérdida de peso involuntaria.

Fibromialgia: dolor crónico y fatiga persistente

Las personas con fibromialgia suelen presentar dolor muscular y óseo generalizado, además de cansancio severo, problemas de memoria y trastornos del sueño. Aunque las causas de la fibromialgia no se conocen completamente, se cree que está relacionada con una hipersensibilización del sistema nervioso.

Lupus eritematoso sistémico: una enfermedad autoinmune

El lupus es una enfermedad sistémica en la que el sistema inmunitario ataca diferentes órganos y tejidos, afectando huesos, músculos y articulaciones. Además del dolor óseo y el cansancio, puede provocar erupciones cutáneas, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre.

Deficiencia de vitamina D y enfermedades óseas

La vitamina D es fundamental para la salud ósea. Su déficit puede provocar dolor en los huesos, debilidad muscular y fatiga crónica. En casos más graves, puede derivar en osteoporosis o enfermedades como la osteomalacia.

Trastornos del sueño y fatiga crónica

Dormir mal de forma prolongada puede causar cansancio extremo y dolor corporal. Condiciones como la apnea del sueño afectan la calidad del descanso y pueden contribuir al dolor crónico y la fatiga persistente.

Infecciones virales y su impacto en el cuerpo

Algunas infecciones virales pueden generar síntomas similares a los de enfermedades autoinmunes. Por ejemplo, la mononucleosis y algunas infecciones crónicas pueden provocar dolor en los huesos, fiebre y un agotamiento extremo que dura semanas o incluso meses.

Relación entre el dolor de huesos, el cansancio y el lipedema

El lipedema es una enfermedad crónica que afecta el tejido graso en piernas y brazos, pudiendo causar inflamación, dolor y acumulación desproporcionada de grasa. Aunque muchas personas asocian el lipedema solo con síntomas estéticos, la realidad es que también puede afectar el sistema musculoesquelético y provocar sensación de cansancio.

Además, se ha observado que el lipedema se asocia con un estado de subinflamación crónica, una forma persistente y silenciosa de inflamación de bajo grado que puede producir dolores parecidos a los que ocurren en la fibromialgia

Esta subinflamación está fuertemente relacionada con una hiperpermeabilidad intestinal, es decir, un aumento anómalo de la permeabilidad en la barrera intestinal que permite el paso de toxinas, bacterias o fragmentos alimentarios al torrente sanguíneo, desencadenando una respuesta inmune e inflamatoria.

¿Cómo influye el lipedema en el dolor óseo y la fatiga?

  1. Inflamación crónica: La acumulación de grasa en las extremidades puede comprimir los vasos sanguíneos y generar dolor crónico en las articulaciones.
  2. Dificultad para moverse: El aumento de volumen en las piernas puede limitar la movilidad, afectando la postura y provocando dolores musculares y articulares.
  3. Impacto en la circulación: La mala circulación en el lipedema puede contribuir a la sensación de cansancio extremo y pesadez en las extremidades.
  4. Mayor sensibilidad al dolor: Muchas personas con lipedema experimentan hipersensibilidad al tacto, lo que puede intensificar la percepción del dolor.

Además, investigaciones del Instituto del Lipedema han identificado que en el 96,9% de los casos, el lipedema se acompaña de hiperlaxitud ligamentosa, una condición que se manifiesta como excesiva flexibilidad ya desde la niñez

En algunos casos, esta hiperlaxitud podría corresponder a un síndrome de Ehlers-Danlos hipermóvil, un trastorno del tejido conectivo que puede provocar daños y dolor articular a medio y largo plazo, especialmente en zonas como la columna lumbar y las rodillas.

Por otro lado, los daños inflamatorios de la capa grasa superficial producen un aumento de la sensibilidad superficial, volviéndose dolorosa, sobre todo en las zonas comúnmente conocidas como las cartucheras, aunque también pueden aparecer molestias similares en la parte posterior del brazo.

Si experimentas dolor óseo, fatiga crónica y síntomas relacionados con el lipedema, en Clínica Simarro podemos ayudarte con un tratamiento personalizado para mejorar tu calidad de vida. ¡Contáctanos y descubre cómo podemos ayudarte a recuperar tu bienestar!



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