En Clínica Simarro, recibimos con frecuencia pacientes que presentan un dolor de espalda y piernas, una combinación que puede limitar seriamente la movilidad y afectar la calidad de vida.
Aunque muchas personas lo asocian automáticamente a una lesión en la columna, como una lumbalgia o una ciática, la realidad es que este tipo de dolor puede tener causas diversas: alteraciones estructurales, neurológicas, vasculares o incluso linfáticas, especialmente en casos de lipedema.
En Clínica Simarro identificamos correctamente la causa, algo esencial para aplicar un tratamiento eficaz y evitar que el cuadro se vuelva crónico o incapacitante.
Dolor de espalda y piernas: causas frecuentes
El dolor que se irradia desde la espalda hacia las piernas puede tener múltiples orígenes:
- Compresión radicular: Una hernia discal o una protrusión en la columna lumbar puede comprimir una raíz nerviosa, como el nervio ciático, provocando dolor que baja por el glúteo, el muslo y a veces hasta el pie.
- Estenosis del canal vertebral: Cuando el canal por donde pasa la médula se estrecha, aparecen síntomas como debilidad, entumecimiento o calambres en ambas piernas.
- Problemas circulatorios: El dolor no siempre tiene origen neurológico. Una circulación venosa o arterial deficiente puede generar fatiga, pesadez o dolor al caminar, que mejora con el reposo.
El papel del lipedema en el dolor de espalda y piernas
En mujeres con lipedema, este patrón de dolor combinado tiene características particulares. El lipedema es una enfermedad crónica que afecta al tejido graso subcutáneo de piernas (y en fases más avanzadas, brazos), acompañado casi siempre de hiperlaxitud ligamentosa.
Esta hiperlaxitud provoca una alteración del eje biomecánico de las piernas, que repercute directamente en las articulaciones del tren inferior. El apoyo incorrecto de la pierna al caminar genera tensiones compensatorias en caderas y columna, lo que, con el tiempo, puede derivar en:
- Hiperlordosis lumbar progresiva.
- Dolores lumbares mecánicos (lumbalgias).
- Ciatalgias.
- Protrusiones o hernias discales, especialmente en los niveles L5-S1 y L4-L5.
En algunos casos, la columna cervical y dorsal alta también se ve afectada por la hiperlaxitud, generando cefaleas tensionales, contracturas o mareos.
Evolución en mujeres jóvenes con lipedema
En pacientes jóvenes, entre 18 y 25 años, los primeros signos pueden ser muy sutiles: molestias al tumbarse en superficies duras, necesidad de cambiar de postura frecuente y la sensación de que los pantalones no encajan bien en la parte baja de la espalda.
Con los años, si no se interviene con ejercicio específico y se produce un aumento de peso, sobrepeso u obesidad, la progresión de estos daños se acelera. La carga sobre la musculatura estabilizadora de la columna aumenta y la curva lumbar se acentúa aún más, favoreciendo la aparición de síntomas persistentes y alteraciones estructurales.
Dolor de espalda y piernas: no solo nervioso o mecánico
El lipedema también afecta a la circulación venosa y linfática, produciendo estasis, inflamación y dolor persistente, sobre todo en la mitad inferior de las piernas, desde la pantorrilla hasta el tobillo. Al final del día, muchas pacientes refieren dolor, pesadez y congestión, que mejora muy lentamente durante la noche al reducirse la presión gravitacional.
Con el avance de la enfermedad, este alivio nocturno disminuye, y el dolor puede incluso despertar a la paciente, lo que a veces se confunde con un síndrome de piernas inquietas. Este solapamiento puede dificultar el diagnóstico si no se tiene experiencia clínica.
Diagnóstico integral
En Clínica Simarro, abordamos estos casos con un enfoque multidisciplinar y herramientas diagnósticas específicas:
- Ecografía musculoesquelética, para evaluar el tejido graso subcutáneo en abdomen y piernas.
- Ecodoppler de miembros inferiores, para valorar el estado del sistema venoso.
- Elastografía, para estudiar la elasticidad del tejido afectado.
- Bioimpedanciometría segmental multicéntrica, para determinar distribución de masa magra, grasa y líquido extracelular en cada zona del cuerpo.
Esta información nos permite diferenciar el lipedema de otras condiciones y orientar el tratamiento con mayor precisión.
Tratamiento personalizado
El enfoque incluye:
- Lipomesoplastia, una técnica específica diseñada para tratar el lipedema sin cirugía mayor.
- Dieta cetogénica antiinflamatoria, adaptada al perfil metabólico de cada paciente.
- Ejercicio terapéutico personalizado, enfocado en fortalecer el eje corporal y corregir la hiperlaxitud ligamentosa. Se combinan ejercicios anaeróbicos (fuerza) para estabilizar, y aeróbicos (cardio) para mejorar el tono muscular y el retorno venoso.
- Educación postural, para evitar agravantes biomecánicos durante la vida diaria.
Recuperar la movilidad es posible
Si sientes dolor lumbar combinado con fatiga o molestias en las piernas, no lo atribuyas solo al cansancio o a la edad. Puede tratarse de un cuadro complejo como el lipedema, que requiere una valoración especializada.
En Clínica Simarro te ayudamos a entender el origen de tu dolor y te proponemos un tratamiento personalizado para recuperar tu movilidad y calidad de vida.