Cómo tratar una hernia discal sin cirugía: Opciones avanzadas en Clínica Simarro, un enfoque completo desde el lipedema

hernia discal

La hernia discal es una de las causas más frecuentes de dolor lumbar y limitación funcional en personas adultas. Se produce cuando el núcleo pulposo de un disco intervertebral se desplaza hacia el canal espinal, comprimiendo raíces nerviosas o estructuras próximas. Esta situación puede generar dolor agudo, debilidad muscular, hormigueo o incluso, en casos graves, pérdida del control de esfínteres.

En Clínica Simarro aplicamos un enfoque integral y no quirúrgico, tanto para pacientes con hernias discales como para aquellos con lipedema, una enfermedad crónica que afecta al tejido graso y que, por su impacto biomecánico y metabólico, predispone a lesiones vertebrales si no se aborda adecuadamente.

¿Qué ocurre en una hernia discal?

Entre las vértebras de la columna hay discos intervertebrales que actúan como amortiguadores. Cada uno está formado por un anillo fibroso externo y un núcleo gelatinoso interno. Cuando ese núcleo se desplaza hacia fuera (protrusión) o se rompe el anillo (hernia), puede presionar estructuras nerviosas y provocar dolor o disfunción motora.

La mayoría de las hernias se producen en la región lumbosacra, especialmente en los niveles L4-L5 y L5-S1. Este tipo de afectación se agrava con el sedentarismo, el sobrepeso, ciertos patrones posturales y, en particular, con la hiperlaxitud ligamentosa que caracteriza a muchas pacientes con lipedema.

Lipedema e inestabilidad vertebral: una relación frecuente

El lipedema es una enfermedad inflamatoria del tejido graso subcutáneo, especialmente en extremidades inferiores. No solo afecta al metabolismo y la movilidad, sino que altera el equilibrio biomecánico de todo el cuerpo.

Una de sus características constantes es la hiperlaxitud ligamentosa, es decir, una excesiva elasticidad de los ligamentos que sostienen las articulaciones. Esta laxitud articular afecta también a las articulaciones vertebrales, en especial en la zona lumbar y sacra.

  • Los ligamentos que estabilizan la columna permiten que esta se mueva, pero dentro de ciertos límites.
  • Cuando hay hiperlaxitud, las vértebras se doblan, giran y rotan en exceso, favoreciendo posturas forzadas y cargas inadecuadas.
  • Como resultado, aparece una hiperlordosis lumbar, es decir, una curvatura exagerada hacia adentro en la parte baja de la espalda.

Esta combinación de factores genera una sobrecarga crónica que, con el tiempo, puede causar protrusiones o hernias discales, incluso en personas jóvenes.

Abordaje terapéutico no quirúrgico en Clínica Simarro en la hernia discal

En Clínica Simarro tratamos a pacientes con lipedema y hernia discal desde una perspectiva funcional, estructural y metabólica. Nuestro enfoque se basa en:

Reducción de la inflamación y del peso corporal

El tratamiento con lipomesoplastia (reducción del tejido adiposo inflamado) y dieta cetogénica antiinflamatoria permite disminuir tanto la presión mecánica sobre la columna como el estado de subinflamación crónica que acelera la degeneración articular.

Ejercicio terapéutico para estabilización lumbar

Se indica un plan específico de ejercicio dirigido al fortalecimiento del core, es decir, la musculatura profunda del abdomen, la espalda baja y la pelvis. Este trabajo permite:

  • Estabilizar la columna lumbosacra.
  • Reducir la movilidad excesiva por hiperlaxitud.
  • Mejorar la postura y la mecánica del movimiento.

Terapias manuales y técnicas complementarias

Incluimos técnicas como:

  • Ejercicios de corrección postural.
  • Presoterapia o drenaje en casos con edema asociado.

Nutrición clínica individualizada

La alimentación tiene un papel clave en el manejo de la inflamación articular. Nuestro equipo de nutrición trabaja con pautas adaptadas para mejorar la función intestinal, reducir la inflamación y optimizar la composición corporal.

¿Se puede revertir o mejorar el daño en la columna en una hernia discal?

En muchos casos, . Si se actúa sobre los factores mecánicos, metabólicos e inflamatorios que provocaron la lesión, es posible:

  • Reducir la intensidad y frecuencia del dolor.
  • Mejorar la movilidad y la tolerancia al esfuerzo.
  • Evitar la progresión hacia hernias más severas.
  • Prevenir cirugías innecesarias.

Los pacientes que siguen el programa completo experimentan una mejoría significativa de los síntomas, incluso si ya se habían diagnosticado protrusiones o hernias.

La hernia discal, especialmente en pacientes con lipedema, debe entenderse como una consecuencia multifactorial: inflamación del tejido graso, hiperlaxitud articular, alteración postural y sobrepeso u obesidad.

El enfoque de Clínica Simarro combina tratamientos físicos, metabólicos y funcionales, con resultados notables incluso en casos avanzados. Al mejorar la biomecánica, reducir la inflamación y fortalecer la musculatura estabilizadora, es posible mejorar el estado de la columna vertebral sin necesidad de cirugía.

Si presentas dolor lumbar, inestabilidad o has sido diagnosticada con hernia discal, contacta con nuestro equipo. Un plan bien diseñado puede ayudarte a recuperar la movilidad, el confort y la calidad de vida sin pasar por el quirófano.



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