El término disbiosis intestinal hace referencia a un desequilibrio en la microbiota, el ecosistema de bacterias, hongos y otros microorganismos que viven en el intestino. Cuando este equilibrio se rompe, pueden aparecer síntomas digestivos, cansancio crónico y un estado inflamatorio persistente que afecta a todo el organismo.
En Clínica Simarro, abordamos la disbiosis intestinal con un enfoque científico e integral, combinando dieta cetogénica antiinflamatoria, terapias inyectables específicas y un seguimiento individualizado que permite no solo mejorar los síntomas, sino también mantener los resultados a largo plazo.
Disbiosis intestinal: síntomas más frecuentes
La disbiosis intestinal no siempre se limita al sistema digestivo. Los síntomas más habituales incluyen:
- Distensión abdominal y gases persistentes.
- Diarrea, estreñimiento o alternancia entre ambos.
- Fatiga crónica y dificultad de concentración, debido a la conexión entre microbiota y sistema nervioso.
- Problemas cutáneos, como dermatitis o acné, relacionados con la inflamación sistémica.
- Alteraciones del sueño y del estado de ánimo, porque la microbiota participa en la síntesis de neurotransmisores como serotonina o GABA.
En mujeres con lipedema, la disbiosis es especialmente relevante: el intestino inflamado puede potenciar la inflamación crónica de bajo grado que ya caracteriza a esta enfermedad del tejido conjuntivo, agravando dolor, cansancio y dificultad para controlar el peso.
Disbiosis intestinal: el reto del diagnóstico
Aunque muchas clínicas anuncian pruebas “definitivas” para diagnosticar disbiosis, la realidad científica es distinta.
- Test de aliento para SIBO: se usan con frecuencia, pero su fiabilidad es baja. Los falsos positivos y negativos son muy comunes.
- Análisis de heces: aportan información sobre la microbiota del colon, pero no reflejan con exactitud lo que ocurre en el intestino delgado, donde se generan muchos síntomas.
- Marcadores metabólicos: a día de hoy, no existen biomarcadores validados científicamente que confirmen de manera objetiva la disbiosis o la hiperpermeabilidad intestinal.
Ante estas limitaciones, en Clínica Simarro utilizamos un test clínico de hiperpermeabilidad intestinal, desarrollado a partir de nuestra experiencia en cientos de pacientes. Aunque aún no está publicado en revistas científicas, hemos observado que su fiabilidad es comparable o superior a las pruebas convencionales, y sobre todo, más útil para guiar un tratamiento efectivo.
Este enfoque realista nos permite no caer en la “falsa seguridad” de test poco precisos y centrarnos en lo más importante: mejorar la salud de la paciente de forma sostenible.
Tratamiento de la disbiosis intestinal: más allá de los antibióticos
En la práctica convencional, los tratamientos más habituales incluyen antibióticos como rifaximina en el caso del SIBO. Sin embargo, múltiples publicaciones científicas muestran que:
- Los resultados son variables y poco duraderos.
- Las recaídas son muy frecuentes, obligando a ciclos repetidos de antibióticos.
- El uso continuado de antibióticos puede alterar todavía más la microbiota, perpetuando el problema.
Por eso, en Clínica Simarro optamos por un enfoque diferente, basado en tres pilares:
1. Dieta cetogénica antiinflamatoria
No todas las dietas llamadas “antiinflamatorias” funcionan realmente. En nuestra experiencia, la dieta cetogénica adaptada ofrece beneficios claros:
- Disminuye la inflamación subclínica.
- Reduce el hambre compulsiva por hidratos de carbono refinados (pan, dulces, galletas, etc.), frecuente en pacientes con disbiosis.
- Favorece la reparación de la mucosa intestinal y el equilibrio microbiano.
2. Terapia inyectable antiinflamatoria
Aplicamos un protocolo propio de medicación inyectable antiinflamatoria, diseñado para modular la inflamación intestinal de manera más eficaz y rápida que con dieta o suplementos aislados.
3. Tratamiento de mantenimiento
La clave no es solo mejorar los síntomas a corto plazo, sino evitar recaídas. Una vez controlada la inflamación, diseñamos un plan de mantenimiento personalizado, que puede incluir ajustes dietéticos, suplementación específica y monitorización clínica periódica.
Disbiosis intestinal y lipedema: una relación clave
En mujeres con lipedema, la disbiosis intestinal es especialmente frecuente y relevante. Ambas condiciones comparten un estado inflamatorio crónico de bajo grado que favorece la retención de líquidos, el dolor y la sensación de cansancio.
Tratar la disbiosis no solo mejora la digestión, sino que también puede reducir la inflamación sistémica, mejorar el bienestar general y potenciar los resultados de otros tratamientos específicos para el lipedema.
Disbiosis intestinal: tu tratamiento en Clínica Simarro
En Clínica Simarro entendemos que la disbiosis intestinal no puede abordarse con soluciones genéricas ni con protocolos basados únicamente en antibióticos. Nuestro enfoque combina evidencia científica, experiencia clínica y terapias innovadoras para garantizar una mejoría real y duradera.
Si sufres síntomas como hinchazón, cansancio inexplicado, digestiones pesadas o hambre compulsiva por carbohidratos, puede que estés ante un cuadro de disbiosis. Cuanto antes se diagnostique y trate, mejores serán los resultados. Pide tu cita en Clínica Simarro y descubre cómo un tratamiento personalizado de disbiosis intestinal puede transformar tu salud y tu calidad de vida.