“Estoy agotada y no sé por qué”. Esta frase se ha vuelto cada vez más común en consulta. Muchas mujeres acuden con una sensación de cansancio constante, incluso después de haber dormido bien o seguir un estilo de vida saludable.
Si tú también lo sientes así, es importante saber que el agotamiento crónico no siempre se debe al estrés o al ritmo de vida. A menudo, hay causas fisiológicas más profundas que no se detectan en una analítica básica y que necesitan un enfoque clínico integral.
En Clínica Simarro analizamos contigo por qué puedes sentirte agotada de forma persistente, qué procesos están involucrados y cómo recuperar tu energía paso a paso.
Estoy agotada: causas físicas más frecuentes
Si te repites “estoy agotada todo el día” sin una explicación clara, pueden existir múltiples causas fisiológicas, entre las más comunes:
- Anemia por déficit de hierro o vitamina B12.
- Alteraciones hormonales, como hipotiroidismo o menopausia.
- Trastornos del sueño como apnea o insomnio mantenido.
- Deficiencias nutricionales ocultas.
- Síndrome de fatiga crónica, con agotamiento profundo que no mejora con el descanso.
Pero hay otro factor fundamental que muchas veces pasa desapercibido: el intestino.
Hiperpermeabilidad intestinal: cuando el intestino agota al cerebro
El síndrome de hiperpermeabilidad intestinal o leaky gut se produce cuando la barrera intestinal pierde su función selectiva y permite que fragmentos bacterianos, toxinas y restos alimentarios parcialmente digeridos atraviesen el epitelio intestinal y entren en el torrente sanguíneo. Esto activa una respuesta inmune crónica de bajo grado, conocida como subinflamación crónica.
Esta subinflamación sostenida genera:
- Fatiga inexplicable.
- Sensación de inflamación o dolor difuso.
- Sueño poco reparador.
- Irritabilidad, niebla mental o tristeza sin motivo aparente.
Pero además, esta alteración intestinal afecta directamente al eje intestino-cerebro, una red de comunicación bidireccional entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central.
¿Cómo afecta el leaky gut al sistema nervioso?
- Disminución de serotonina: Más del 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino. Cuando hay disbiosis e hiperpermeabilidad, la síntesis de serotonina se ve comprometida. Esto afecta el estado de ánimo, el ciclo sueño-vigilia y la percepción de energía. Muchas pacientes con leaky gut presentan tristeza constante, insomnio o ansiedad leve persistente.
- Disfunción del nervio vago: El nervio vago es la vía principal de comunicación entre el intestino y el cerebro. La inflamación intestinal puede alterar su función, afectando el tono vagal y reduciendo la capacidad del organismo para entrar en estados de descanso y recuperación. Esto se traduce en agotamiento, hipersensibilidad y dificultad para relajarse, incluso cuando aparentemente no hay factores estresantes.
- Activación del sistema inmune cerebral: Al aumentar la permeabilidad intestinal, entran al organismo señales de “alarma” que activan microglías en el sistema nervioso central, lo que agrava la sensación de fatiga y baja motivación.
Estoy agotada y tengo otros síntomas: más pistas
Presta atención si, además del cansancio, tienes:
- Molestias digestivas frecuentes (hinchazón, gases, cambios en el tránsito).
- Dolores de cabeza, contracturas musculares o reglas dolorosas.
- Poca tolerancia al ejercicio físico o sensación de “resaca” tras el esfuerzo.
- Trastornos del sueño (te duermes pero no descansas).
- Estado emocional apagado o falta de concentración.
Esto puede indicar un proceso sistémico, más allá del estrés, que requiere intervención clínica específica.
¿Y si el cansancio tiene origen emocional?
La salud mental también influye profundamente. Ansiedad, depresión o estrés crónico afectan el sistema nervioso autónomo, alteran el eje intestino-cerebro y se asocian con disfunciones digestivas e inflamatorias. Muchas veces, la solución pasa por combinar tratamiento físico con apoyo emocional, técnicas de regulación y ajustes en el estilo de vida.
Estoy agotada y entreno: ¿es por el ejercicio?
Sí. El exceso de ejercicio sin recuperación adecuada puede causar fatiga muscular, disfunción hormonal y aumento del cortisol, especialmente si hay un terreno inflamatorio de base. También el sedentarismo prolongado deteriora el metabolismo energético. El punto de equilibrio está en el movimiento funcional, adaptado y consciente.
¿Y si no aparece nada en las analíticas?
Muchas pacientes se sienten frustradas porque los análisis convencionales salen “normales”, pero el cansancio continúa. En estos casos, hay que mirar más allá: disbiosis, inflamación de bajo grado, alteraciones mitocondriales, déficits subclínicos, etc. Todo esto puede estar afectando tu energía sin dejar huella en una analítica básica.
En Clínica Simarro abordamos cada caso de fatiga persistente de forma individual e integral. Evaluamos el estado intestinal, hormonal, metabólico y emocional para llegar a la raíz del problema. Y diseñamos un plan terapéutico adaptado, con estrategias clínicas y funcionales que incluyen:
- Regulación de la permeabilidad intestinal.
- Reducción de la inflamación crónica.
- Mejora del eje intestino-cerebro.
- Reeducación del descanso y el estrés.
Sentirse agotada no es normal. Si la fatiga te acompaña cada día, afecta tu ánimo y tu capacidad de disfrutar, hay una causa detrás. Muchas veces el origen está en el intestino, en la inflamación crónica o en una alteración del sistema nervioso autónomo.