Pies fríos y mala circulación: Cuándo acudir a un especialista

pies fríos

Los pies fríos no siempre son una molestia trivial. Cuando la sensación de frío en las extremidades inferiores se vuelve persistente, acompañada de otros síntomas como cambios de color, hormigueo, dolor o pérdida de sensibilidad, puede estar indicando un problema subyacente en el sistema circulatorio o nervioso que merece atención especializada.

En la Clínica Simarro vemos frecuentemente este síntoma en pacientes con lipedema, una condición que afecta al tejido adiposo subcutáneo y que, según nuestros estudios, se asocia en muchos casos con afectación linfática y venosa de bajo grado.

Pies fríos en mujeres con lipedema: más allá del retorno venoso

Es muy frecuente que las mujeres con lipedema refieran frialdad persistente en pies y manos, así como una sensación subjetiva de frío, incluso cuando otras personas no la experimentan. Esta percepción no se debe exclusivamente al mal retorno venoso o linfático, aunque ambos factores juegan un papel importante. 

También se ha observado afectación de la circulación arterial, que se ve comprometida por la compresión del tejido graso inflamado y el exudado líquido procedente de vasos venosos y linfáticos alterados.

Este compromiso arterial explica que muchas mujeres con lipedema manifiesten que no se broncean en la parte inferior de las piernas al tomar el sol. Aunque no ocurre en todos los casos, es una queja común entre pacientes con afectación microcirculatoria severa, y refleja una disminución del flujo sanguíneo superficial, esencial para la pigmentación cutánea.

Principales causas de los pies fríos

La sensación de frío en los pies no es un síntoma aislado, sino parte de un desequilibrio vascular y metabólico más amplio.

1. Problemas de circulación

La sangre transporta oxígeno y calor. Cuando existen alteraciones en el sistema venoso (como insuficiencia venosa crónica) o arterial (arteriopatías periféricas), el flujo sanguíneo hacia los pies puede verse comprometido, provocando frialdad persistente. En el lipedema, la compresión progresiva de los vasos sanguíneos por el tejido adiposo inflamado puede agravar esta situación.

2. Fenómeno de Raynaud

El fenómeno de Raynaud implica una reacción excesiva al frío o al estrés emocional, en la que los vasos sanguíneos de dedos y pies se contraen intensamente, generando palidez, frialdad y cambios de color en la piel. Es más frecuente en mujeres y puede estar asociado a enfermedades del tejido conectivo.

3. Neuropatías periféricas

Cuando los nervios que controlan la sensación y la regulación térmica están dañados, como ocurre en algunas neuropatías diabéticas, el cuerpo pierde capacidad para percibir el frío y responder adecuadamente. Esto también puede ocurrir en trastornos autoinmunes, carenciales o inflamatorios crónicos.

4. Subinflamación crónica y lipedema

En mujeres con lipedema, la subinflamación crónica del tejido adiposo genera compresión linfática, venosa y también arterial, reduciendo la perfusión distal. La combinación de hiperlaxitud ligamentosa, sobrepeso y disfunción microcirculatoria contribuye a una menor temperatura periférica, especialmente en pies y tobillos. Esta sensación de frío constante puede coexistir con dolor, pesadez, edema y entumecimiento.

¿Cuándo deberías consultar con un especialista?

Si la sensación de frío en los pies es:

  • Permanente o recurrente
  • Acompañada de cambios de color en la piel (palidez, cianosis, enrojecimiento)
  • Asociada a úlceras, grietas o heridas que no cicatrizan
  • Con pérdida de sensibilidad o dolor nocturno

Es importante una valoración médica. Estas señales pueden indicar enfermedades vasculares, neurológicas o inflamatorias que deben ser identificadas y tratadas precozmente para evitar complicaciones mayores.

Por qué algunas personas son más sensibles al frío

Factores como la edad, el sexo, la masa muscular, el estado hormonal y la composición corporal influyen en la percepción del frío. Las mujeres tienden a tener una mayor sensibilidad debido a una menor masa muscular y a diferencias hormonales que afectan la termorregulación.

En mujeres con lipedema, esta sensibilidad está exacerbada por la disfunción vascular progresiva y por el desequilibrio en la distribución del tejido graso, que altera el metabolismo y la circulación de retorno. Esto no solo produce frialdad, sino también mayor riesgo de estasis venosa, telangiectasias y dolor distal.

Evaluación diagnóstica en Clínica Simarro

Contamos con herramientas diagnósticas para identificar la causa exacta de los pies fríos:

  • Exploración vascular y neurológica
  • Ecodoppler vascular
  • Estudio de la composición corporal y microcirculación
  • Valoración del estado inflamatorio y linfático

Tratamiento personalizado y medidas de apoyo

Nuestro abordaje incluye:

  • Terapias de activación circulatoria: presoterapia, masaje linfático manual, y ejercicios específicos.
  • Lipomesoplastia, cuando hay inflamación periférica que contribuye a la mala circulación.
  • Nutrición antiinflamatoria para mejorar la salud vascular y linfática.
  • Reeducación postural y ejercicio adaptado, para estimular el retorno venoso.

Consejos para mejorar la circulación y aliviar los pies fríos

  • Utiliza calzado amplio y térmico que no comprima.
  • Evita la inmovilidad prolongada y eleva los pies al descansar.
  • Realiza movimientos suaves y regulares durante el día.
  • Mantén una alimentación rica en antioxidantes y pobre en sal y ultraprocesados.
  • Consulta si hay antecedentes de enfermedades vasculares o metabólicas.

Tener los pies fríos de forma constante no es un síntoma menor. Puede ser la manifestación de un trastorno circulatorio, inflamatorio o neurológico que requiere atención especializada. En Clínica Simarro realizamos una valoración integral para identificar la causa real y aplicar el tratamiento más adecuado.

Si quieres recuperar el confort y la salud en tus extremidades, contáctanos. Podemos ayudarte a entender por qué sientes frío y a mejorar tu bienestar desde la base.



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