Lesión de tobillo: tipos, tratamiento y prevención en pacientes con lipedema

lesion de tobillos

En Clínica Simarro tratamos con frecuencia lesión de tobillos, tanto en población general como en mujeres con lipedema, quienes presentan un riesgo particular debido a la combinación de hiperlaxitud ligamentosa, afectación del tejido conectivo, subinflamación crónica y, en muchos casos, sobrepeso u obesidad.

Estos factores generan una alta incidencia de torceduras, inestabilidad funcional y dolor, incluso sin traumatismos aparentes.

La articulación del tobillo es una estructura compleja que conecta tibia, peroné y astrágalo, y depende del buen estado de ligamentos, cápsulas, tendones y control neuromuscular. Cuando alguno de estos elementos se descompensa, ya sea por una mala pisada, una caída o simplemente por fatiga articular, se produce una alteración funcional que puede limitar seriamente la movilidad.

Lesión de tobillos: ¿qué ocurre realmente en el lipedema?

En población general, las lesiones más frecuentes son los esguinces, que implican rotura parcial o total de fibras ligamentosas. Sin embargo, en pacientes con hiperlaxitud ligamentosa —condición siempre presente en el lipedema por su afectación del tejido conectivo— la situación es diferente.

En estos casos, son muy comunes las torceduras recurrentes, pero raro el esguince verdadero. Es decir, el tobillo se desestabiliza con facilidad, generando dolor, inflamación y sensación de fallo, pero sin llegar a romper el ligamento, ya que este tiene una elasticidad anormalmente alta.

Esto no significa que la lesión sea menos incapacitante. Al contrario: la inestabilidad articular crónica es una fuente importante de dolor persistente, sobrecarga muscular compensatoria y riesgo de caída.

Otros tipos de lesión asociados

  1. Fractura del tobillo: Puede producirse en caídas por inestabilidad o pérdida de control motor, especialmente cuando la propiocepción está alterada. A menudo se confunde con un esguince, pero requiere atención urgente.
  2. Tendinopatías: La disfunción de la pisada y la hiperlaxitud pueden sobrecargar estructuras como el tendón de Aquiles, los peroneos o el tibial posterior. Son comunes en pacientes con lipedema y se manifiestan con dolor localizado, sobre todo al iniciar la marcha.

Factores que favorecen la lesión en el lipedema

  • Hiperlaxitud ligamentosa: reduce la capacidad del tobillo para “bloquearse” en posición neutra, favoreciendo torceduras sin necesidad de traumatismo.
  • Subinflamación crónica: deteriora progresivamente el tejido conjuntivo, incluyendo ligamentos y cápsulas articulares.
  • Sobrepeso: añade una carga mecánica extra sobre una articulación ya inestable.
  • Alteraciones posturales: típicas del lipedema avanzado, modifican la biomecánica de la marcha y redistribuyen mal las cargas.

Diagnóstico clínico: lo que vemos en consulta

En Clínica Simarro no basamos el diagnóstico en pruebas radiológicas, sino en una exploración física detallada que nos permite:

  • Valorar la estabilidad del tobillo en carga y movimiento.
  • Identificar signos de hiperlaxitud y disfunción propioceptiva.
  • Evaluar dolor, rango de movimiento y compensaciones musculares.

En mujeres con lipedema, es frecuente encontrar antecedentes de torceduras repetidas no diagnosticadas, que generan inseguridad al caminar y miedo al movimiento, aunque nunca hayan presentado un esguince como tal.

Tratamiento integral y conservador de la lesión de tobillos

El objetivo es restaurar la función, mejorar la estabilidad articular y prevenir nuevas torceduras. En Clínica Simarro seguimos un enfoque personalizado:

Fase aguda

  • Reposo relativo, sin inmovilización total.
  • Frío local si hay inflamación o dolor.
  • Vendaje funcional, si está indicado para dar soporte sin bloquear el movimiento.

Fisioterapia específica

  • Ejercicios de estabilidad y control motor.
  • Trabajo de fuerza excéntrica y propiocepción.
  • Entrenamiento postural y reeducación de la marcha.

Apoyo multidisciplinar

  • Revisión del calzado y posibles ortesis para control de la pisada.
  • Abordaje nutricional, si hay sobrepeso o inflamación de base.
  • Evaluación global de la función articular y conectiva en el contexto del lipedema.

Prevención de recaídas

La mejor forma de prevenir nuevas lesiones no es la inmovilización, sino el entrenamiento de la estabilidad dinámica. Recomendamos:

  • Rutinas regulares de ejercicios de tobillo, incluso en ausencia de síntomas.
  • Trabajo funcional que incluya equilibrio, fuerza y coordinación.
  • Mantener una marcha activa pero controlada, evitando la rigidez por miedo.

En pacientes con lipedema, una torcedura de tobillo puede no parecer grave al principio, pero si no se trata correctamente, puede derivar en una inestabilidad articular crónica, dolor persistente y afectación funcional relevante. Aunque no se trate de un esguince con rotura, la lesión existe, y debe abordarse de forma especializada. ¡Pide tu cita hoy mismo en Clínica Simarro!

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