El dolor de espalda persistente es una de las principales causas de consulta médica en mujeres adultas y constituye un problema que limita la movilidad, el rendimiento laboral y la calidad de vida.
En la Clínica Simarro, observamos con frecuencia que en mujeres con lipedema este dolor no se debe únicamente a factores posturales o degenerativos, sino que guarda relación con una condición clave: la hiperlaxitud ligamentosa, presente en prácticamente todas las pacientes diagnosticadas de lipedema según nuestros estudios (test de Beighton positivo en más del 97% de los casos, en un trabajo en proceso de publicación con cerca de 1800 mujeres).
Esta combinación de alteraciones del tejido conectivo y sobrecarga del tren inferior explica por qué tantas mujeres con lipedema presentan dolor lumbar, cervical o dorsal crónico, que en ocasiones progresa hacia complicaciones como ciatalgias, protusiones o incluso hernias discales.
Dolor de espalda y lipedema: una relación frecuente pero poco reconocida
El lipedema es una enfermedad del tejido conjuntivo y hormono-dependiente que afecta casi exclusivamente a mujeres. Aunque sus manifestaciones iniciales se concentran en las piernas —con dolor, pesadez e incremento desproporcionado de grasa—, a medida que evoluciona aparecen alteraciones musculoesqueléticas significativas.
Entre las más comunes destacan los dolores de espalda persistentes, que no responden a reposo ni analgésicos simples. Estos dolores se deben a dos factores principales:
- Hiperlaxitud ligamentosa: los ligamentos no cumplen correctamente su función de sostén, lo que desestabiliza la columna vertebral.
- Carga mecánica aumentada: el sobrepeso asociado al lipedema incrementa la presión sobre la columna lumbar, caderas, rodillas y tobillos.
El resultado es una progresiva descompensación postural, que suele manifestarse como hiperlordosis lumbar(aumento de la curvatura natural de la zona baja de la espalda) y tensiones cervicales debidas al peso de la cabeza.
Cómo se manifiesta el dolor de espalda en mujeres con lipedema
El cuadro clínico más habitual incluye:
- Dolor lumbar persistente, que empeora al estar de pie o caminar largas distancias.
- Rigidez matutina y sensación de sobrecarga en la zona baja de la espalda.
- Dolor cervical debido a la incapacidad de los ligamentos para mantener la posición adecuada de la cabeza.
- Evolución hacia ciatalgias (dolor irradiado hacia las piernas por compresión nerviosa), protusiones discales y hernias en los niveles más afectados (especialmente L5-S1 y L4-L5).
- En fases avanzadas, dificultad para la deambulación y disminución de la capacidad funcional diaria.
Estos síntomas no siempre se explican por imágenes radiológicas, ya que la clave está en la debilidad del tejido conectivo y los ligamentos más que en alteraciones óseas.
Factores que perpetúan el dolor de espalda en el lipedema
El dolor persistente se mantiene por la suma de varios factores:
- Inflamación crónica de bajo grado, propia del lipedema, que sensibiliza las terminaciones nerviosas y aumenta la percepción del dolor.
- Desequilibrio muscular, con debilidad en la musculatura profunda del tronco y sobrecarga en músculos superficiales.
- Hiperlaxitud ligamentosa generalizada, que impide a la columna mantener una estática adecuada.
- Obesidad asociada, presente en muchas pacientes, que multiplica el esfuerzo sobre la región lumbar y acelera la degeneración discal.
Dolor de espalda y lipedema: señales de alarma
Aunque el dolor de espalda es frecuente, existen síntomas que requieren valoración médica urgente:
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en brazos o piernas.
- Incontinencia urinaria o fecal asociada al dolor lumbar.
- Dolor nocturno que no mejora con reposo.
- Pérdida de peso inexplicable o fiebre acompañante.
Estas manifestaciones pueden indicar complicaciones neurológicas o inflamatorias graves que deben abordarse sin demora.
Enfoque integral del dolor de espalda en Clínica Simarro
En la Clínica Simarro, el abordaje del dolor de espalda en mujeres con lipedema se basa en un tratamiento integral y personalizado, que incluye:
- Fisioterapia avanzada
- Ejercicios de estabilización lumbar y cervical.
- Técnicas manuales para liberar tensión muscular.
- Reeducación postural global.
- Fortalecimiento muscular específico
- Entrenamiento del core y el cuádriceps, clave para descargar la zona lumbar.
- Actividades de bajo impacto como natación o bicicleta estática.
- Nutrición antiinflamatoria
- Planes dietéticos diseñados para reducir la inflamación crónica y controlar el peso.
- Enfoque en la reducción de azúcares simples y ultraprocesados.
- Terapias médicas complementarias
- Infiltraciones locales en casos de dolor severo.
- Aplicación de medicación antiinflamatoria inyectable en protocolos desarrollados en nuestra clínica.
- Apoyo psicológico y manejo del estrés
- Técnicas de mindfulness y autocompasión para disminuir la tensión muscular ligada a la ansiedad.
En la Clínica Simarro, combinamos fisioterapia, nutrición antiinflamatoria, fortalecimiento específico y terapias médicas avanzadas para ayudar a cada paciente a recuperar la salud de su espalda y mejorar su bienestar diario. Si padeces dolor de espalda crónico y tienes lipedema, pide tu cita en Clínica Simarro y empieza un plan integral adaptado a ti.