La hiperlaxitud de rodillas es una condición en la que los tejidos conectivos —especialmente los ligamentos— presentan una elasticidad mayor de lo normal. Aunque puede ser asintomática, en muchos casos genera dolor crónico, inestabilidad y desgaste progresivo de las articulaciones, especialmente en rodillas.
En Clínica Simarro tratamos con frecuencia a pacientes con dolor articular persistente en rodillas vinculado a hiperlaxitud, sobre todo en mujeres con lipedema. En estos casos, no se trata solo de una alteración mecánica: hablamos de una disfunción del tejido conectivo que requiere una evaluación específica y un abordaje funcional.
¿Qué es la hiperlaxitud y cómo afecta a las rodillas?
Hasta hace poco se diagnosticaba la hiperlaxitud con el test de Beighton. Hoy, el término ha evolucionado: hablamos de enfermedad del espectro de la hiperlaxitud ligamentosa (EEHL), una condición que incluye múltiples grados y formas clínicas de hiperlaxitud no sindrómica, pero con impacto funcional.
Aunque el lipedema no es una enfermedad del espectro de la hiperlaxitud ligamentosa, sí la lleva asociada en un porcentaje muy alto de casos. Por ello, entendemos el lipedema como una enfermedad del tejido conjuntivo y hormono-dependiente (estrógenos y progesterona), con implicaciones estructurales más allá del tejido adiposo.
¿Por qué duele la hiperlaxitud de rodilla?
En la EEHL, el exceso de movilidad genera microinestabilidad. En el caso de la rodilla, uno de los puntos más vulnerables es la rótula.
Durante la flexión, la rótula debería deslizarse suavemente sobre la tróclea femoral. Sin embargo, en pacientes con hiperlaxitud, este recorrido suele estar alterado: la rótula se desplaza lateralmente o pierde su alineación natural, rozando el cartílago subyacente y desgastándolo de forma progresiva. Este fenómeno se conoce como condromalacia rotuliana.
Como consecuencia, aparece dolor al flexionar la rodilla, especialmente al:
- Levantarse desde cuclillas.
- Arrodillarse.
- Subir y bajar escaleras.
Con el tiempo, y si no se corrige la inestabilidad, pueden verse afectados también los meniscos, los ligamentos colaterales y los ligamentos cruzados, generando un deterioro articular más amplio.
¿Qué síntomas aparecen?
Las pacientes con hiperlaxitud articular en rodillas pueden presentar:
- Dolor crónico, sobre todo en flexión o tras esfuerzos prolongados.
- Sensación de inestabilidad o fallo articular.
- Inflamación leve y derrames articulares frecuentes.
- Tendinitis o capsulitis.
- Fatiga muscular o dificultad para mantener la postura.
Además, la subinflamación crónica del lipedema puede contribuir a una peor respuesta al ejercicio y a una menor ganancia muscular, lo que agrava la falta de control articular.
Diagnóstico funcional y abordaje personalizado
En Clínica Simarro realizamos una valoración médica completa que incluye:
- Historia clínica detallada y antecedentes familiares.
- Exploración articular con enfoque funcional.
- Evaluación de la alineación rotuliana y control neuromuscular.
- Valoración del contexto inflamatorio y metabólico.
- Estudios de imagen si es necesario (ecografía, radiografía o resonancia).
Cuando hay sospecha de disfunción conectiva o síntomas generales, se puede completar con analítica específica y estudio digestivo si se sospecha disbiosis o déficit de colágeno funcional.
¿Qué tratamiento recomendamos para la hiperlaxitud de rodilla?
El objetivo no es limitar el movimiento, sino enseñar al cuerpo a estabilizar de forma activa las articulaciones. El tratamiento incluye:
- Reeducación neuromuscular y propiocepción: Ejercicios que fortalecen cuádriceps, isquiotibiales y musculatura estabilizadora de rodilla, adaptados al nivel de la paciente y sin impacto articular.
- Educación postural y biomecánica: Trabajo sobre la marcha, corrección del valgo dinámico y adaptación funcional a la vida diaria. Es importante evitar la hiperextensión de rodillas al estar de pie y mejorar la pisada con calzado adecuado.
- Mejora de la composición corporal: Dieta antiinflamatoria adaptada al perfil del lipedema para reducir volumen, mejorar la biomecánica y reducir la carga sobre la articulación.
- Tratamiento específico del lipedema: La lipomesoplastia médica reduce la presión tisular y mejora el retorno venoso y linfático, aliviando síntomas articulares asociados.
Contamos con colaboradores expertos en fisioterapia funcional y entrenamiento terapéutico que ayudan a la paciente a recuperar el control articular de forma progresiva y segura.
¿Y si no se trata?
La falta de diagnóstico y abordaje funcional puede derivar en:
- Dolor persistente que limita la actividad.
- Lesiones meniscales o ligamentosas progresivas.
- Deterioro de la calidad de vida y miedo al movimiento.
En mujeres con lipedema, este deterioro suele ser lento, pero constante, y muchas veces es malinterpretado como simple desgaste por la edad.
Recupera la estabilidad sin cirugía
El dolor de rodillas por hiperlaxitud no es un destino inevitable: es una señal de que el tejido conectivo necesita ayuda y entrenamiento activo.
En Clínica Simarro realizamos un diagnóstico personalizado y diseñamos un plan funcional adaptado a ti, con todo el apoyo médico que necesitas. Si sientes dolor al flexionar, inestabilidad o síntomas compatibles, pide cita aquí y empieza a cuidar de tus rodillas desde hoy.