“No puedo dormir» es una frase cada vez más escuchada en consulta. Pero cuando no se trata solo de una noche puntual, sino de un patrón que se repite durante semanas o meses, debemos mirar más allá del estrés o los malos hábitos. En mujeres con lipedema, este tipo de insomnio no es casual: en la mayoría de los casos es un síntoma de subinflamación crónica derivada de la hiperpermeabilidad intestinal.
En el Instituto del Lipedema y Clínica Simarro, nuestros estudios han demostrado que el 99% de las mujeres con lipedema presenta hiperpermeabilidad intestinal, y que al tratar esta condición, los patrones de sueño mejoran de forma significativa. Dormir mal, despertarse tras tres o cuatro horas sin poder volver a dormir, o pasar ocho horas en la cama sin descanso real son signos de que algo está inflamando tu sistema desde dentro.
Cuando dormir no es descansar: síntomas frecuentes
Entre los patrones que observamos con frecuencia en mujeres con lipedema y subinflamación crónica están:
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Despertares entre las 3 y las 5 de la madrugada, sin lograr volver a dormir.
- Sensación de fatiga al despertar, como si no se hubiera dormido nada.
- Sueño ligero y discontinuo, con hipervigilancia.
- Necesidad de dormir siestas diurnas para compensar el agotamiento.
Estos síntomas no siempre responden a causas psicológicas. La evidencia clínica muestra que la inflamación de bajo grado, mantenida en el tiempo, altera los ciclos hormonales (cortisol, melatonina) y afecta directamente al eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), implicado en la regulación del sueño.
Causa de no poder dormir: hiperpermeabilidad intestinal y subinflamación
La hiperpermeabilidad intestinal permite el paso al torrente sanguíneo de toxinas, antígenos y proteínas mal digeridas que deberían permanecer en el lumen intestinal. Esta «fuga» constante activa el sistema inmunitario, provocando inflamación sistémica silenciosa.
Esta subinflamación crónica, presente en casi todas las pacientes con lipedema, está asociada con:
- Fatiga persistente
- Dolores musculares difusos
- Sensación de frío cuando otros no la tienen
- Intolerancias alimentarias
- Niebla mental y cefaleas
- Y muy especialmente: trastornos del sueño resistentes a medidas convencionales
El sueño como marcador de inflamación
Cuando una paciente con lipedema empieza a dormir mejor tras iniciar un tratamiento antiinflamatorio, es uno de los indicadores más fiables de que su sistema está comenzando a regularse. En la Clínica Simarro evaluamos la calidad del sueño como un signo clínico más: si no se descansa bien, la inflamación sigue activa.
No basta con tomar melatonina o tés relajantes si el intestino sigue inflamado. Por eso, nuestro tratamiento se dirige a la causa:
1. Dieta antiinflamatoria personalizada
Basada en alimentos que regeneran la barrera intestinal, reducen la carga glucémica y equilibran la microbiota. Utilizamos versiones adaptadas de la dieta cetogénica antiinflamatoria, diseñadas específicamente para mujeres con lipedema.
2. Suplementos y moduladores inmunológicos
Incluyen glutamina, zinc, omega 3, N-acetilcisteína, vitamina D, adaptógenos como ashwagandha y antioxidantes que reducen la activación inmune.
3. Lipomesoplastia y terapias locales
Cuando la inflamación periférica es intensa (especialmente en miembros inferiores), aplicamos técnicas como la lipomesoplastia para reducir dolor y presión en las terminaciones nerviosas, facilitando el sueño nocturno.
Si no puedes dormir, no es solo por estrés
En mujeres con lipedema, no dormir bien suele ser consecuencia de un sistema inflamado, un intestino hiperpermeable y un cuerpo en constante alerta bioquímica. Por eso, si el insomnio se ha vuelto tu compañero de noche, en la Clínica Simarro te ayudamos a encontrar la causa real y a recuperar el descanso.
Dormir profundamente no es un lujo, es un derecho biológico. Y también, una señal de que tu salud está volviendo a su equilibrio.



